¿Por qué nos cuesta recordar lo que leemos?
¿Alguna vez te ha pasado que lees un libro para la escuela, un artículo muy interesante o alguna nota curiosa, pero tras un par de días no recuerdas nada al respecto? La mayoría de la gente al pasar por eso piensa que hay algo malo en ella, sin embargo, este hecho es algo más común de lo que te imaginas.
Esto se debe a la "Curva del olvido", un fenómeno presente en nuestros procesos de aprendizaje y lectura, en esta curva, la información obtenida va perdiéndose conforme el paso del tiempo a menos que hagamos un esfuerzo por retener datos. La curva del olvido es la responsable de pérdida de información en nuestra memoria a largo plazo, tal como lo explica este artículo de El Rincón de las Palabras.
¿Cómo recordar lo que leemos?
Los expertos sostienen que al leer existe varios factores que intervienen para conseguir un aprendizaje, por ejemplo: el estado de ánimo, el lugar donde se estaba o incluso algún sabor o aroma.
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Como si de un músculo se tratara, la lectura debe ejercitarse para una mejor retención de información, es aquí donde entran los "esfuerzos" que mencionábamos antes. Te recomendamos los siguientes para que puedas aprovechar al máximo todo lo que lees.
Lee y repite en voz alta.
Seguramente que esto lo has escuchado desde la infancia, cuando la maestra en la primaria te pedía ponerte de pie y leer "fuerte y claro", pues esto, más allá de una muestra de autoridad, servía para que tanto tú como tus compañeros recibieran un estímulo extra a la lectura, después de todo, se sabe que un incentivo auditivo ayuda a la comprensión lectora.
El simple hecho de repetir una idea ayuda a que esta permanezca en la memoria durante más tiempo, entonces, es lógico pensar que al hacerlo en voz alta, la presencia de los conceptos será mayor dentro de la mente.
Toma notas.
Aquello que consideres importante, ponlo sobre papel. Muchos teóricos afirman que el escribir una idea también es un refuerzo para la retención de conocimiento.
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Actualmente, existe un debate entre la forma moderna y la tradicional de hacer apuntes; hay quienes afirman que el lápiz y el papel no se comparará nunca a usar un teclado, mientras que otros defienden lo contrario como ya lo hemos hablado en nuestro blog "Escribir: a mano vs computadora" que si aún no has leído te invitamos a hacerlo.
Asocia ideas.
Una de las mejores maneras de aprender algo nuevo es relacionándolo con algo que ya conoces o con algún otro elemento significativo, es aquí donde entran las analogías.
Lo genial de utilizar analogías es que puedes relacionar conceptos tan diferentes, pero que para ti llegan a tener sentido; no tienes que limitarte a "aprendizajes pasados" sino que puedes enlazar ideas de lo que estás leyendo con momentos o sensaciones que experimentes durante tu lectura.
Apóyate de herramientas de representación de texto.
Nos referimos a los mapas conceptuales, mapas mentales, diagramas, etc. Es bien sabido que las representaciones visuales de información son más fáciles de comprender que simples líneas de texto.
Escribe conclusiones.
Una vez que hayas leído en voz alta, tomado apuntes e incluso hayas hecho un mapa mental, lo mejor que puedes hacer es interpretar con tus propias palabras; esta es la prueba de fuego o la muestra final de lo que has comprendido al leer, además que es un extracto 100% fidedigno a lo que tú has comprendido de la lectura.
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Si haces una conclusión después de reforzar una lectura, las ideas que escribas serán ricas en información, con el tema central mejor ubicado al que podrás recurrir en el futuro sin tener que pasar por las múltiples páginas como al inicio.
¿Has aplicado alguna de estos esfuerzos al leer? Cuéntanos en los comentarios. 💬